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martes, 27 de noviembre de 2018

Cuando te encuentre

Eres la furia de mis panoramas silentes
yo, funjo como el sol que emana tu ilusión entre el augurio
un espurio síntoma de tus semanas,
de mala gana, cuando tu semblante está turbio
me he de llamar, entre los días de almanaque, saco
de tus golpes y tus lágrimas
soy un insulso, que ya varias veces se ha quebrado, pero sigue ahí.
Me hice abrigo en el invierno, con cicatrices heladas
una gélida matiz plasmada, una cascara inerte
fui fuego ante los soplidos de tu congelado ser,
fui alivio que fue placer. Te derretiste en mi pecho.
Refresque tus quemaduras en el verano más largo
cuando las llamas corroían ahí estuve
no me fui, no me quemé, me mantuve a ti abrazado
y entre abrasivas cenizas me abrasé en tal pandemonium.
Mantuve inerte la estancia a los soplidos de otoño
susurrando a contra viento verdades que desvestían
¿Te preguntas si eres mía entre el huracán de tus sentires?
no eres ajena a mí, sin importar a que dirección se escape la brisa.
A primaveras de otros andares no me despegue de tus pasos
marqué huella en tierras fértiles, me introduje en tus raíces
coseche calmo el fruto de tu paciencia, al sol de tu querer
y al final de la estación, evite que marchitaras
Siempre estuve y siempre estaré
no soy tu sombra, soy más que la oscuridad que te sigue
no soy tu conciencia, soy más que la voz de tu raciocinio
no, tampoco soy el reflejo de tu valor, aquel que aparece para no darte la espalda.
Tengo varios nombres, varios títulos, varias roles
soy el brazo que sostiene tu deseo de no caer,
la gravedad que evita que todo se te venga encima,
la fuerza que encuentras en mí para contigo misma,
el empujón que te incita a la aventura,
Soy la mano que acaricia tu mejilla por las noches,
los dedos que se entrelazan a tu ilusión,
el hombro donde yace la cascada de tus lágrimas,
el pecho donde tu rostro aparca de madrugada.
Soy el camino que tus huellas decidieron recorrer,
los errores que tú misma te atreviste a asumir,
las ganas de atreverte a romper un nuevo esquema,
el calor que tu silueta acepto como soporte.
Soy la espalda que cargó con tus momentos mas duros,
el aliento que hizo de los males un instante efímero,
el deseo que convirtió el placer en un momento eterno,
la voz que hizo eco al evitar que tu vacío se expanda.
Sabes que estoy cuando te toco, cuando me sientes
y sé que tras la cortina de tus gritos aun se esconde un "No te vayas",
que tus cicatrices cuentan historias que solo ambos compartimos,
sé que las más profundas, aquellas que no se ven, son las que mas duelen,
te queria decir que tu también me complementas
también estás, también te siento, también te toco, también te sueño
y por último quería recordarte, por si lo olvidas que aún te sigo buscando
y cuando te encuentre te haré feliz.

miércoles, 14 de febrero de 2018

Noche enamorada

Dudo, que sean de algo más que sueños dispuestos a hacerse realidad los astros que adornan un firmamento nocturno, dejándose ver desnudos pero ya elevados, sin poder ser atrapados por las manos de alguna voluntad no jubilar, se disponen en aquel infinito con singularidades bastas y un apetito de cumplir el cometido de su creación, de susurros y parpados cerrados llegan a convertirse en materia de recuerdos y olvido, para protagonizar una nocturna marea de sentires en vela.

Como vestido de gala, una luna llena se asoma en medio de su imponente perfil, siendo el centro de atracción de miradas penetrantes en su misión calidoscópica de llenar de brillos inconmensurables rincones a través de un mismo punto, pionera del reto insurgente de alumbrar cada sonrisa hasta hacerla imperecedera.

Un concierto de suspiros que se cuelan en el viento, un conjunto de percusión al compás de labios que chocan entre si, un onírico placer tras un solo de cuerdas que se escucha por los dedos que entrelazan los cabellos. Banda sonora de acciones consecuentes al acto principal, arraigada de emociones e irrigada de sentires también suspira, con las ráfagas de aliento vuelan pétalos en masa, cual funeral de la pena que hace horas ya murió, siendo cortina de la habitación oscura al final de la secuencia que resuena tras cada giro constante.

Siluetas al perfume de su esencia le agradecen tras abrasar ansias instintivas, al abrazar memorias vividas de historias quizá nunca más contadas. Ciclos renuentes dan paso a otro tono de luces, ella cae, ó empieza a hacerlo. Adoptando otras poses de gracia figuras en sombras no se le apartan y firmes van al descanso con ella, la calzada se humedece por su paso y la hierba brota en gracia por su visita.

Se despide en su tono más oscuro, marchándose con sus brillos hace escala en otros rumbos, el vuelo elíptico que recorre nos hace encontrarnos nuevamente, pero en otro vestido, perfil y aspecto, a veces la veo y llora, otras más la consigo atormentada, pero siempre vuelve, es constante y fiel. Entre "hasta prontos" conserva siempre una promesa de llegar nuevamente, hacer lo suyo y luego partir. Esconde tantos secretos, no comprendo su esencia, pero agradezco poder admirar su gracia.