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lunes, 28 de junio de 2021

En mí

¿En qué estoy pensando? ¿En ella? ¿En tí?, No, definitivamente soy yo, estoy pensando en mí.

Si, debe ser eso lo que no me deja dormir tranquilo, que sigo pensando en los pequeños instantes que mis recuerdos albergan, donde me sentí con dicha y no en ella, ella que toque con cada dedo en cada sitio, ella a quien besé cada centímetro de piel, ella a la cual podría ver aún con las luces apagadas, porque de memoria me sabía las dimensiones de su cuerpo, en ella no pienso, sino en mí, en lo mucho que disfrutaba de lo lascivo que se tornaban algunos actos y lo pasivo que se volvían los dolores cuando la adrenalina estaba presente al sentirnos como uno. Definitivamente no pensaba en ella, pensaba en mí por eso ella no está y yo aquí sigo.

No sé si pienso en tí, en como sonríes acariciando mi alma con la gracia que dibujan los hoyuelos que aparecen tras la curvatura de tu felicidad, si pienso en tí como ese pedazo de libertad entre letras y papeles, entre ayeres y mañanas, entre ratos, entre todos. No sé si es en tí en quien pienso cuando me siento por las nubes al tenerte tan cerca que puedo sentir como tú respiración se agita, tu cuello vapora, tus ojos se cierran, tus manos se tensan, tus puertas se abren, tu boca saliva, tu lengua me busca, cuando tú gritas, pero envuelta en placer. No, claramente no es en tí, es en mí en quien pienso, es en mí siendo consciente de lo feliz que me hace ser objeto de tu placer, espejo de tu dicha, agrietador de tus dudas, peregrino de tus triunfos, artífice de tus locuras, creador de tu celeridad.

¿Y tú, tú me piensas así cómo yo no te pienso? ¿Me piensas queriéndote y quedándome?, Justo de la forma en la cual yo no te pienso siendo imperecedera, longeva y constante. ¿Acaso me piensas sintiéndome agusto?, Así como yo no te pienso satisfecha de saberme tan humano que los errores que me componen crean parte de lo que soy como hombre. ¿Has llegado a pensarme pensándote justo como no te pienso?, Del mismo modo en el que yo no te pienso queriendo que pienses al saber que no hay más nada que pensar. ¿Acaso tú también tienes miedo de que acabe, exactamente igual a como yo no te doy por hecho?.

¿Ella? No, por ella ni te preocupes, ella no creo que si quiera me recuerde, a ella no creo que le lastime cada ves que huele a la fragancia que me gustaba que usara. Honestamente dudo que pudiese si acaso recordar que yo sé que si la ansiedad la ataca de noche hay líneas que permiten que la vida se reinicie. No creo que me piense leyendo mitologías, haciendo apologías sobre ambos como lo solía mal disimular para que se diera cuenta. La verdad yo tampoco la recuerdo mucho y sinceramente no creo ni saber quién es, por eso mismo no creo que ella tampoco sepa realmente todo aquello que soy.

¿Qué hay de mí? Pues, en mi pienso, en mí es en quién estoy pensando, conmigo es con quién converso, antes de sí quiera pensar en tí o en sano juicio en ella, y siempre llego a la conclusión de que indudablemente debería de dejar de pensar tanto. ¿Qué si pienso que realmente soy tuyo o de ella? No se me había pasado si quiera por la mente, porque la respuesta es fácil, no soy de ella, nunca lo fui, ni tampoco tuyo, ni lo seré de la que venga después de tí, ni la que venga después de esa, simplemente soy de mí, para mí y por mí, y si estás bien con eso aún sabiendo que nombré a dos más posteriores a ti sin si quiera saber si serás la última, pues, creo que tendrás tu respuesta. Pero si la quieres escuchar de mí solo te lo repetiré, hasta que entiendas que no tu eres mía ni yo soy tuyo, simplemente cada quien es de sí mismo, y por nosotros mismos decidimos acompañar a esa persona que sólo es de sí, sabiendo que ningún día nos pertenecerá y que aún así, un día no será de nadie más que solo nuestro.

Si, no pares, sígueme besando así, ya no quiero pensar tanto.