Redes

martes, 31 de enero de 2012

Soy yo.



Recuerdo aquel tiempo en el cual lo sabias todo de mí. Es cierto lo que dicen, el futuro es incierto, se sabe lo que hoy se hace y lo que ayer se hizo, pero aún se desconoce que será del mañana.

Aún no he olvidado el nombre con el cual te presentaste, tampoco olvido los temas de conversación que inventé para parecer interesante. Es que, ¿Cómo olvidar tus rizos dorados olor lavanda? Ciertamente no existe alguna forma de hacerlo, cada segundo que compartiste conmigo para mí se convirtieron en momentos concretamente valiosos, pero al irte, sinceramente no miento al decir que contigo había vida y antes de estar sin ti solo me preparaba para algún día tenerte.

Esa mañana tampoco se ha borrado aun de mi memoria, desperté sin tu olor entre mis sabanas, es que ya se me había hecho extraño no haber soñado contigo esa noche, no comprendía como te habías ido sin si quiera haber llegado, porque no, aun no te conocía, al menos así lo sentía yo.
Es que tú eras como un enigma, como un laberinto con salida, pero sin alguna entrada, al menos no una previamente descubierta, hasta el día de hoy no sé cómo caí en ti, en tu presencia, de igual manera no comprendo aun cómo y por qué saliste de mí, de mi vida, de entre mis sabanas. Pero no te apresures, jamás llegaste a salir de mi corazón, tampoco de mi mente, te mantuviste ahí y aun te encuentras presente ahí dentro.

Incluso esa noche anterior a tu partida te notaba un tanto extraña, no eras tú, al menos no lo parecías, ese día no criticabas mis errores entre lo que tú llamabas "Mi escritura perfecta" Aun luego de haber postrado tu mirada entre las letras de mi rutinario texto, ese que aunque cambiaba de historia a diario realizaba cada noche. Noté que ya algo malo empezaba a ocurrir cuando incluso lo que leíste fue un borrador con miles de errores ortográficos, sin comas, sin puntos, signos de exclamación o interrogación.

Ya cerca de la media noche entre un cruce de miradas logré observarte directamente a mi perdición ¡Tus ojos!, era distinto a cualquier otra noche o madrugada, tu iris no me dibujaba la ilusión de esa mujer bella que me enamoré, esa pasión de adolecente, esa rebeldía de niña. Esta vez observé algo totalmente distinto, era un vacío, un vacío que me transportaba de tus ojos directamente a la parte más profunda de tu alma, tus sentimientos, era extraño todos estaban contraídos y reprimidos, no era como lo acostumbrado esta vez no se dibujaban placeres, deseos o ilusiones y para mayor preocupación todo esto venía acompañado de una lagrima que de entre un movimiento veloz para apartar tu mirada de la mía iba cayendo por tu retina sin dar explicación alguna y dejándome aún más confundido.

Siempre pensé que te hacía feliz y que conmigo no te hacía falta nada, quizá fue eso, se dice que para ser feliz debes esforzarte por serlo, como lo éramos sin algún esfuerzo posible quizá caímos en una vaga rutina de perfección, sé que suena absurdo y tal vez un tanto incomprensible, pero si, eso es lo que pienso cada noche.

Aun entre las sombras del olvido, justo en el rincón donde se encuentran los plomitos de decepción encuentro rasgos de esperanza, al pensar que algún día te volveré a ver, quizá si, puede también que no. A veces no puedo y me redimo ante mi ira, me desdoblo de esta realidad, ya que no puedo evadir la realidad, esa es la realidad, ¿Ya qué? yo mismo soy mi arma destructora de lo emocional, solo yo, puedo olvidarte yo, apartarte yo.

¿Quién puede acabar con esta ira?
¿Quién logrará apaciguar esta bestia dentro de mí?
¿Quién insistirá en que te olvide hasta lograrlo?
¿Quién me apoyará y jamás me dejará?
¿Quién me acompañará a cumplir mis deseos o morirá conmigo en el intento?
Todas las interrogantes se resumen a una sola palabra.
No, esa palabra no es la usual, créeme hoy no se trata de ti, hoy no eres tú.
Hoy soy yo y a eso se resume a una sola palabra, yo.

martes, 17 de enero de 2012

¿Por qué no lo sabes?

Te llamo mejor amiga, si lo eres, pero no como lo espero.
Aun no entiendo como no puedes darte cuenta todo lo que llevo en mí, todo eso que se trata de ti.
No hay más que decir, si no estás tú.
Hoy no se porque escribo, si por seguir atando mi corazón a una cadena de desgracias o seguir atando mi vida a tu existir, ya no lo se, ya no se nada.
Busco ampararme en un "Quizá".
Intento cobijarme con un "Tal vez".
Las cosas no funcionan como yo pensé, amarte y desearte no bastan, ya desgaste mi aliento y aun nada.
¿Debo hacer espacio para poder conseguirte en otra vida también?
No, no es poesía. Hoy te escribo justicia poética.
Con poesías traté de conquistarte, hoy la utilizo para narrar como sigo fallando. Si, auténtica y clásica justicia poética.
Solo soy un niño enamorado, de esa chica que está en ti, esa para la cual no existo.
No, con esto no pretendo declararte un amor oculto, solo pretendo que abras los ojos.
¿Recuerdas ese "Ella" que tanto mencionaba? Tú lo eres.
¿Aun me conoces?, ¿Estás segura?, ¿No?, Lo supuse.
Ya no sabes nada de mí, pasé de ser tu mejor amigo a convertirme en un extraño.
¿Sabias que un extraño te extraña?, ¿Irónico no?, Quizá un tanto poético.
¿Cómo fue que pasó?, Que pasé de ser a un amigo que conocía todo de ti, al que le dedicabas cada una de tus noches, a solamente un extraño, que no hace más que extrañarte.
¿Por qué no lo sabes?, ¿Por qué no respondes?.
No te sorprendas tu siempre solías decir "Eres indescifrable, tanto como un milenario enigma".
Hoy sabes más y todo es diferente, pero no me culpes de nada, tampoco te culpes a ti, ninguno tiene la culpa, tú no tienes la culpa de ser quien eres y yo no tengo la culpa de haber nacido con la misión de amarte.

lunes, 16 de enero de 2012

A la mierda "Descartes".

¿Pensar y luego existir?. Disculpa Descartes, pero su cuerpo no me lo permite.

¿Será el compás de tu cadera al ritmo de mis canciones?, quizá sea la manera tan sublime y única con la cual mueves tu hermosa y oscura cabellera, puede ser también la forma con la cual me regalas una sonrisa para 
inspirarme, no se lo que sea, pero me tienes loco. 

Cada noche le confesaba a mi almohada que solo te quería a ti, nada más necesitaba de tu cuerpo para ser feliz, te deseaba, te añoraba, sin estar ahí te sentía.

                                          *Tic, Toc, Tic, Toc, Tic, Toc*

De nuevo me despertaba el maldito reloj con su consecutivo *Tic, Toc*. Era otra mañana, otra mañana más sin ti, otro día para tratar de conseguir tu piel, otras 24 horas para tratar de buscarte sin sufrir en el intento, o tal vez si.

                                                         7:34 am
No me quedaba más que deslizarme entre tus pensamientos matutinos con un "Hola, buenos días ¿Cómo estás?" resignado a recibir una respuesta similar a la de todas las mañanas "Bien, gracias".

"Rutina" Con ese nombre mi vida fue bautizada, tantas expectativas que pasaban por mi cabeza, tantos logros y metas por cumplir, tanto que me proponía y a la vez tanto que fallaba, si, por estar solo atento de ti, de como cuando te daba el sol a la cara agachabas la mirada hacia la derecha, no a la izquierda, porque enredarías tu cabello con tus aretes.
Conocía cada gesto, cada una de las cosas que te señalaban y/o diferenciaban de cualquier otra persona. Tu forma de caminar, la cual revelaba que quizá a temprana edad cursaste clases de modelaje. Tu sonrisa ligeramente desviada a la derecha, pero sin alguna imperfección en los dientes, eran hermosos, solo lo hacías porque luego de cada sonrisa procedes a morder tus labios de manera pícara. ¿Qué como lo se? Ja, todos estos años me he dedicado mi tiempo en ti, inclusive más que en mi mismo, ya sabes como dicen "De tu felicidad depende la de muchos otros" yo dependo de la tuya, por eso pretendo que seas feliz.

Puede que mi cuerpo no, pero mi alma si lleva tu nombre tatuado en ella, "Esperanza". Ese nombre que jamás podré olvidar porque eres tu lo último que quiero perder, el olor de tu perfume cada mañana, el tono fuerte de tu cabello oscuro, el canto en la oficina cuando bebes el café.

No eres mía, pero te necesito como si lo fueses.
No eres alguna droga, pero me hice adicto a ti
No se ignorarte, solo conozco la forma de aunque sea entre las sombras conocerte.
Eres lo último que quiero perder, eres mi inicio y desarrollo, espero que no seas mi final, si lo llegas a ser al menos me conformaré con hacerme a la idea de que alguna vez te tuve, que fuiste mía al menos por un instante, sin embargo ni tú ni tu recuerdo saldrán de mí, porque lo último que se pierde eres tú, lo último que se pierde es la "Esperanza".

viernes, 6 de enero de 2012

Tu diario habla de mí.


Saliste con prisa y no te percataste que habías dejado tu diario en tu asiento, nunca había sido de esas personas que se meten en lo que no les incumbe, sin embargo ese día me ganó la intriga y comencé a leer. 




Página 1...
                                                                                    ...Página 2....
                                                                                                                                       ...Página 3...
                                                     ...Página 4...




No importa que página leyera, todas hablaban de mí.




- Página 1


Hoy te vi, en mi mente te sentí, te toqué. Te pienso, para existir por ti, aunque me engañes con otras de igual manera persisto, solo te quiero a ti, solo quiero tenerte a mi lado. Los destellos de tu belleza surgen con el brillo de la luna, los detalles van surgiendo con el tiempo, se que te enamoraré, se que un día solo tendrás ojos para mí, estoy segura de que un día solo serás mío.




- Página 2


Hoy fue excelente. Intercambiamos palabras a través de un minúsculo saludo, es triste que no pude charlar mucho tiempo contigo y que te decía solo estupideces cuando por dentro gritaba: "¡Te amo! ¡Eres mi deseo! ¡Quiero ser tuya!". Te alejaste lentamente, en el suspiro de mi a Dios regresaste repentinamente, te despediste dándome un beso en la mejilla, me llevaste al cielo y me bajaste con tan solo una mirada y un a Dios.




- Página 3


Solían gustarme los domingos, no desde que te conozco, no puedo verte. Hoy es de esos en los que me sumerjo en lo oscuro y frío de mi habitación. Se me hace difícil no pensar cada segundo "¿Que estará haciendo? ¿Se acordará de mí?  ¿Sabrá que realmente existo? ¿Compartirá lo que siento por él?"




- Página 4


Los lunes no me atraían, desde darme cuenta que era el inicio de una semana, una semana para verte, me enamoré de ellos. Te vi hoy, estabas igual que siempre, fresco, con ganas de nunca derrumbarte, muy decidido, yo siempre muy tímida solo pase por tu lado no salude y seguí mi camino, pero enamorándome de ti en cada palabra, cada suspiro, cada mirada, cada texto, cada respiro.




Mi expresión al leer un poco de tu historia basada en mi fue entre el terror y el algo al mismo tiempo, no sabía si sentirme bien por lo que sentías o mal, por la misma razón y que no te fuese correspondido el sentimiento. Nunca había sentido por ti algo así, no te había visto nunca de esa manera, causaste confusión en mi, sonreí deje tu diario de nuevo postrado en tu asiento y seguí mi camino, inspirado por tus te amo, esos te amo que no salen de palabras, pero sí del corazón.

lunes, 2 de enero de 2012

Se me olvidó.


Recordé el olvido, con el recordé que aún no te olvidé, se me olvidó que debía olvidarte, olvidé recordar que esto se había vuelto un juego, los suspiros los disfrazaba de bostezos para ocultar lo que sentía, guardé aces bajo la manga para mi jugada maestra.

- Te toca a ti.

Dijiste con tu voz de musa, inspirando tras cada letra un verso en mí. Emplee mi movimiento maestro, afirmé tener un póker mientras te observaba con una mirada fija y desafiante.

- ¿Un póker de 5 aces?

Preguntaste de manera burlona y vanidosa, reíste y tras un guiño comenzaste a dialogar.

- Ya se lo que tramas, pero no ganarás de esa manera.
- ¿ Por qué no? Sabes que tanto como a mí, te intriga que toque tu cuerpo.
- Si, pero debes ganarte ese derecho de forma justa.
- La justicia solo se rige solo en un papel y en decir si todo está bien o mal, basándose en los actos por los cuales nos señalan.
- Jajaja, no me conquistarás con poesía barata.
- No intento ser poético.
- Pues entonces sin intentarlo lo estás logrando de igual manera.

Me tocó quitarme la chaqueta en esta ronda, pero estaba decidido a ser yo el que quedara con más prendas, obteniendo así mi triunfo y mi premio, ella.

Tras varias rondas llegamos a la ronda final el que ganara esta ganaba la partida, de igual manera reclamaba también su premio. Yo solo contaba con un sombrero beige, marca Borsalino si no me equivoco, un par de medias un tanto decoloradas y un bóxer Calvin Klein negro, con la liga desgastada y algunos hilos sueltos. A ti solo te quedaban tus sandalias Dolce & Gabbana de tacón alto y ese brasier rojo adornado con el prendedor que anteriormente le habías quitado a tu abrigo al deshacerte de él.

Era todo o nada, ganar o perder, vivir entre las pecas de tu espalda o morir entre la desdicha de tu repudio.

¡Zazzz! se voltearon las cartas, aún recuerdo esa noche, recuerdo lo que tenías. "J" de trébol y "K" de diamantes, que en conjunto con el "10" y "J" de diamantes y el "5", "7" y "8" de corazones solo lograban un par de "J´s" y nada más. 

Salté y con un tono burlón semejante al que tu hiciste cuando traté de hacerte trampa te dije ¡GANE! te mostré una flor corrida, uniendo el "5", "7" y "8" de la mesa con mi "6" y "9" de corazones. Gritaste inconforme con los resultados y de nuevo inició una discusión.

- ¡TRAMPA!
- Revisa si quieres, esta vez no tengo mangas, no pude hacerlo de ninguna manera.

Me quitaste con un instinto asesino el sombrero, no encontraste nada, me arrancaste las medias de una halada, sin la suerte de hallar algo nuevamente, introdujiste tu mano en el gastado bóxer, te miré y sorprendido deje que siguieras buscando, me percaté que ya no buscabas, solo disfrutabas, te seguí el juego y lentamente los dos quedamos sin nada, pasamos una noche como nunca antes la habíamos vivido o como nunca después lo llegamos a hacer, porque te fuiste, hasta hoy no sé qué es de ti, tú no sabes que hice trampa, no tenía mangas para ocultar las cartas, pero si una cinta adhesiva bajo la mesa que cedía ante la fuerza suficiente para soltar las cartas, hoy no me importa ser un tramposo puesto que por serlo gané la mejor noche de mi vida, pero aún no sé por qué no te dije antes de partir que hice trampa, quizá por miedo a perderte y que no volvieras más, igualmente jamás volviste, desde hace tiempo me pregunto eso mismo cada noche, si fue por miedo o fue que se me olvidó.