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domingo, 8 de abril de 2012

Ella y él. Él y ella.

I
Suspira el día, aparentando agonía
De nuevo llega, ella, la monotonía
El le decía: "Estar lejos de ti me causa dolor"
Ella fría le respondía: "También te quiero mi amor"
Como si, salir del paso fuera lo más indicado
Lo trataba como a una marioneta
Así como si decir que el cielo es azul
Su titiritera, lo trataba a merced de sus jugarretas
Eran violentos los enlaces de tristeza
Que ella a él le hacía sufrir. Y los dolores de cabeza
Eran secantes, cuan rayo de luz vibrante
Sus ojos llovían y ella como si nada, era inquietante
Se leía en su mirada que antes alguien no la quiso
Se veía perfectamente, en su rostro, lo marchito
Y él que si la amaba, adorándola a no poder más
Se sentía incapaz, de llenarla, todo era falaz
Ella, era el cielo para él
Para ella, él, era un infierno, aunque siempre le fuera fiel
Eran la historia de vidas sin calma
Una con miedo al pasado y otra con un presente sin alma.

Coro
Ella y él, rastros de inconsciencia
Apariencias frágiles que sufren de impotencia
Ella maniatada al dolor de un pasado
Él estúpido, un poco neurótico y ya cansado
Ella, suicida llena de ideas macabras
Él, a la sombra de una voz que descalabra
Ella sin quererlo, perdida en otra misión
Él amándola, en palabras, obras y omisión.


II
Ella comenzaba quererlo, notaba que todo daba
Por ella, que de verdad éste si la amaba
Él cansado del silencio, por todo lo que ella hacía
Empezaba a darse cuenta que cada vez más sufría
Él ya estaba indiferente, ella lo notaba extraño
Incluso se llego a colar en sus palabras un "Te extraño"

Él le respondió "¿Segura, o extrañas a tu vasallo?"
Aunque sea sólo una luz, bastante daño hace el rayo

La tensión dijo presente y las palabras huyeron
El silencio era su aliado, de él, su único compañero
Ella empezaba a sentir "Perderé a mi caballero"
De nuevo se iba el pasado, a llorar con más esmero

Coro
Ella y él, rastros de inconsciencia
Apariencias frágiles que sufren de impotencia
Ella maniatada al dolor de un pasado
Él estúpido, un poco neurótico y ya cansado
Ella, que sufría a diario distintas cosas
Con él todo lo pagaba, sacaba espinas a rosas
Él ya en solitario condenado a una prisión
El ser malinterpretado se convirtió en su misión

IIIEl conocido por cobarde, empezaba a reunir valor
Un día le dijo en su cara "Ya se marchitó el amor...
...me cansé de las mentiras, las traiciones, el dolor..
lo siento, me voy, hasta nunca, no te guardo rencor"
Ella estupefacta, que no lo creía
Le decía: "Deja las estupideces, para otro día...
...no trates de ser valiente, con eso no ganas nada...
...sólo ganarás destruir todo nuestro cuento de hadas"
"¿¡QUÉ CUENTO DE HADAS!?" exclamó rápidamente
"Para ti, yo no soy más, que tu absurdo sirviente...
...si un día te dije "Te amo" olvídalo inmediatamente"
Culminó y se dio la vuelta, ella le dijo "Detente...
...si antes te traté muy mal perdóname por favor...
...nunca quise causar esto, esa no fue mi intención"
El le dijo: "Aprende algo y guárdalo de lección...
...hoy la presa puede ser quien mañana será un león".



Coro
Ella y él, rastros de inconsciencia
Apariencias frágiles que sufren de impotencia
Ella maniatada al dolor de un pasado
Él estúpido, un poco neurótico y ya cansado
Él, que enamorado antes, ya nada sentía
Se marchó, por el mismo senderó del cual venía
Ella entendió, que no siempre le tocará un error
Y que a una presa también se puede convertir en león.

jueves, 5 de abril de 2012

Sinfonía.

Eran tantas mentiras, envueltas en un mundo de verdades.
Son tantos enigmas, dispuestos a convertirse en respuesta.
Serán una ilimitada cantidad de lágrimas, hechas gotas de lluvia.


Será su cuerpo, su mirar, su cabello, su sentir, su pasión, su soñar, su inocencia, su vivir. Era segmentos de un sueño que ansiaba habitar, que ansiaba leer, que ansiaba saber.


Fue un sueño lucrativo, un vicio hecho tinta en mis letras, atardeceres constantes cuyo rastros de belleza rebosaban sobre mi sol. Tú, eras el "eso" que le faltaba a mi "Yo" para abastecerse, para completarse, para desfilar sentidos bajo un cielo hecho estrellas que se alcanzan sin el tacto.


Prometí que serías la constante sinfonía que daría vientos a mis cuerdas, armonías a mis letras, serías el compás que determina el ritmo relativo a un instrumento que se basa en el roce que provocan nuestros cuerpos, un instrumento de pieles. Serás aire entre el jazz que mi saxofón recita, serás el braile que leo para tocar mi guitarra, serás epístolas hechas verso que se entrelazaran junto a los pasos de que dan mis dedos sobre éste piano.


Fuiste musa, narrando Sentimientos mudos, que gritan un te amo al cielo.
Eres canto, que a rimas mata, para no morir en versos.
Serás vida, que a lágrimas de tinta, en oleo retrata su silencio.