Redes

domingo, 19 de abril de 2020

A punto de perdernos

Suéltame, por favor suéltame, déjame libre y vete o déjame ir lejos, lo más lejos que se pueda de ti.

Por irónico que suene tú me encantas, pero eres una partícula radiactiva y mis sentimientos son cancerígenos, no estamos hechos más que para hacernos daño y no sabes cuánto me duele tener que aceptar esa realidad. Quien no te conociera diría que eres sólo paz, que eres sólo calma, que eres sólo alma, pero yo no, yo nunca me atreví a decir eso porque sabía que no, que eras más, de ambos lados, bueno y malo, pero eras más.
La primera impresión que tuve de ti fue: "Es alguien que no se conforma" y es que si tú hubieses visto como te veías entenderías sin duda alguna porque pensaba así. Honestamente es porque la mayoría de las mujeres que se ven como tú terminan por ser eso, conformistas, así que me alegra que tú no lo seas, o que no lo seas del todo. Aunque si de conformismo hablamos mírame a mí que me estoy dejando ir por un cariño que se reparte a sobras.

Debo confesarte algo, sí, sé que esto no es iglesia ni tú puritana, pero me debo confesar de todos modos, porque he pecado; por obra y palabra aún no pero por pensamiento ya bastante que he pecado, porque aunque en ti confío, lo de ciegamente me queda bastante grande y es que normal, al menos dos veces a la semana nos mentimos para no hacernos daño, cosa que más daño nos causa. Si supieras todas las veces que preferiría haberte dicho: "No" y terminé por demostrarte un "Si" de mil formas, no me vieras como me ves, estarías bastante decepcionada de lo que he sido para que no te apartes.

¿Sabes qué? Yo estoy consciente de las cicatrices que puede dejar el apresurar las cosas, pero somos seres humanos, nos vamos a herir sin importar lo que pase, sin importar que yo sea lo mejor que te puede ocurrir; y sé que lo soy, o que termine por ser el villano más amargo que te toque enfrentar; y también sé que lo soy, sin importar que tú seas la mejor casualidad con la que me he topado o el más grande desacierto al que decidí darle vuelta. En fin, no quiero apresurar las cosas, pero dar más largas es pedirle al tiempo que trate de hacer lo imposible y creo en el tiempo pero no en la suerte, me ha tocado una muy mala a lo largo de mi vida, así que si no estás dispuesta a tomar riesgos por miedo a las cicatrices, vete de una vez, porque ya estoy cansado de cobardes, aunque preferiría que tomarás el riesgo de quedarte.

Entiende, tú de verdad no me quieres y muy en el fondo lo sabes, tú sólo quieres la parte de mí que te hace sentir tan querida cómo nadie lo ha hecho, sólo te gusta el ideal que tienes de que soy un hombre que sabe cómo hacerte sentir bien y que lo hace sin temor y sin recelo. ¿Y yo? Yo de verdad no sé si te quiero o es el capricho de no tener algo lo que se apodera de mí, el egoísmo y la envidia que me genera que seas de otro, muy en el fondo a veces creo que es eso. Aunque también hay acciones que frenan ese pensar, como mis ganas psicóticas de regalarte un instante de paz ó tus celos semi lunáticos por situación ficticias, y sí, suena enfermizo, pero dime una cosa; ¿Si no es una enfermedad el amor por qué padecemos tanto por él?, ¿Si la cura es el olvido por qué insistimos en recordarnos? Y ¿Si la respuesta es la distancia por qué queremos tenernos tan cerca? No sé, así como no sé porque te sigo hablando así cuando debería decirte que te vayas.

A esto sí respóndeme ¿Si hoy te invito a bailar qué me dirías?. Quisiera saber después de un sí y un no que toca ahora, con todo cerrado, un mundo asustado y las calles vacías, ¿Si te digo que vengas tomando tu mano y sin explicártelo que harías? Si tu respuesta es soltarme, aquí acaba todo, ya me soltaste y me fuí, acabo de hacerlo. Si decidiste callar y seguirme, sigue leyendo, tienes tres segundos para pensar que hacer, es suficiente.

Muy bien, decidiste seguir. Te confieso que me dió miedo saber que esperar, no estaba seguro de lo que podrías elegir. Aquí entre nos, no soy para nada perfecto y vivo Improvisando cada situación de mi vida, no tengo planes, no tengo la mente en algo fijo, no tengo los asuntos ordenados, supuse que debía decirte eso ya que te atreviste a seguir. ¿Qué sigue? Pues no sé, lo que sigue es lo que queramos hacer de esto, callar bocas, ser envidiables, sentirnos bien, armarnos y ayudarnos a terminar de sanar, hay un millón de cosas que podemos hacer, pero si te lo confieso, hoy te tengo muchas ganas. Hoy me provoca agarrarte por la cintura, así de cerca para que no te escapes, acercarme a tu cuello, alborotar tu cabello, ver mi pulgar desfilando en tus labios, demostrarte que no pesas tanto cuando hay alguien que sabe como cargarte, navegar por las olas de tu espalda, transitar por las curvas de más abajo, darle vueltas a tu silueta, a tu mente, a tu placer, sentir tus manos en mí, explorar tus ojos oscuros, humedecer los espacios en ésta época de sequía, ahondar en tí, hundirme en tí, saciarme de tí, tomarte por la garganta mientras sigo saboreando, sentir el palpar de tus uñas que se hunden, lo profundo de tu ser, los sonidos de tu boca, seguir y demorar hasta que te derrumbes, hasta oír tus gritos acariciando mi nombre y al final agradecer por la comida sólo para volver a tomarte como postre.

¿Entonces qué, le metemos más picante a la situación o nos dejamos ir de una vez? Responde o yo responderé por ambos y no te va a gustar. Al final tú no saldrás pronto de ese hueco donde te hayas, aunque yo esté dispuesto a ayudarte, te da miedo, y simplemente quieres seguir cayendo más y más hasta tocar fondo y sabes que lo harás. Aparte, no soy una cuerda que se va encontrar ahí siempre hasta que estés dispuesta a tomarla para salir, te equivocas si así piensas, soy más bien como un rayo de sol que te dice que fuera de tu hoyo es mucho mejor el mundo, más brillante y cálido, pero el sol también se va, porque no siempre puede ser de día y tú bien sabes que está por hacerse de noche. Sin embargo yo te entiendo, cuando llevas tanto tiempo acostumbrada a un espacio, da terror variar direcciones, tú sabes como dicen: mejor malo conocido, que bueno por conocer, o como yo lo veo: mejor ahogarse y volver, que aprender a respirar. ¿Entonces, qué dices?

¿Irónico no? Nunca me esperaste y aquí estoy, nunca te esperé y ahí te tengo, y justamente ahora que estamos a punto de perdernos.

domingo, 8 de marzo de 2020

Mujer

¿Qué eres?
A veces todas las preguntas, a veces todas las respuestas.
Tiendes a ser una frecuencia inequívoca, que vaga, lográndose dispersar en el vacío.
Mi único júbilo es robarte.
Me urge juntar esas risas.
Estás en cada frase de una manera o de otra.
Al derecho, o al revés; siempre tiendes a existir entre mis letras.
Rózame entre juegos un minuto.
¿Si ves? Siempre hallas la manera de estar.
Diría que existen millones de adjetivos para calificarte, pero un calificativo es lo contrario a lo que eres.
Eres libre, has muerto en hogueras por gritarle al mundo libertad.
Eres fuerte, le has demostrado a la historia que todo puede quebrarse menos la voluntad que vive en ti.
Eres hermosa, porque en cada cicatriz reflejas la belleza que has de blandir al superarte.
No necesitas que nadie te proteja, tú puedes sola.
No necesitas que nadie te consuele, tú lo haces sola.
No necesitas que nadie te viva, tú vives por ti.
Pero permíteme ser tu escudero.
Yo que en ti veo, mujer, lo que a veces te cuesta notar
Tú lo puedes todo, lo sé, pero aún existe algo que no logras percibir.
Sé que te has sentido sola, pero no estás sola, tu vuelves a la soledad compañía aunque no lo veas y te visita sólo para poder estar junto a ti un minuto.
Sé que te has sentido herida, y sí, te hirieron al hacerte sentir menos de lo que vales, pero tu valor es el todo y el todo no tiene fin.
Sé que te has sentido menos, pero menos por menos es más y eso es lo que aportas, eso es lo que das, eso es lo que eres.
Sé que te has sentido inútil, y no hace falta que te diga que si sientes eso, con pesar he de decir que te equivocas, porque no puede ser inútil quien lo es todo.
Sé que te has sentido violada, y si, te han violado, te han maltratado al intentar pesarte, medirte y compararte, aún así eres el único ser con poder para hacer cara a la desgracia, grito contigo "Ni una más" mientras tus lágrimas corren pero tu poder incrementa.
Una vez se preguntó Benedetti "¿Que pasaría si Dios fuese mujer?".
Quizá no habría tanto daño y todos supiéramos el valor de la lealtad, porque nadie más leal que aquella que nos cuida desde lejos, que nos alimentó de su pecho, que pasó madrugadas rezando cuando nosotros caímos ebrios, que nos permitió ver luz, que pisa la oscuridad antes que nosotros, nadie como tú, mujer, que nos das vida en vida siendo vida al darnos vida.
Pero no eres Dios y no puedes ser Dios, mujer, porque el tiende a equivocarse.
Si, en tu nombre la blasfemia sabe a gracia porque nadie tan perfecto habría de darle fin a algo tan mágico como aquello que tú eres, mujer.
Permíteme verte otra vez y brindarte un espacio dentro del infinito universo de posibilidades que desprendes.
Si, te acabo de ofrecer algo que viene de ti, lo sé, pero es que siendo hombre no podría permitirme más de lo que tú logras construir a base de tu simple existencia.
Eres esencia, tan pura como tus ganas estén dispuestas a asumir.
Eres infinidad, tan eterna como la afinidad que desprendes lo permita.
Eres paz, tan afín como tú guerra interna te permita.
Eres todo, y si preguntan el ¿Por qué?. Simple, es porque eres tú, mujer.

martes, 18 de febrero de 2020

Ven

Ven.

Ven conmigo.


Aún no estoy seguro de que siento o que he dejado de sentir, no sé si estoy tan roto como cuando te fuiste o si he conseguido armar piezas de lo que fui antes de ti, antes de nosotros.


No te pido que te quedes para siempre o ¿Si? A veces ni si quiera sé que puedo esperar en referencia a tus recuerdos, sin embargo sé que debo construir más noches, aunque me dé tanto miedo que varias cosas se repitan.


Pero ven.


Quiero que vengas, que sonrías y me mires con esa tonalidad que se cuela entre tus ojos y en voz baja me digas "Lo puedes todo" tras un suspiro largo, que me sostengas la barba entre tus manos cálidas, esas mismas llenas de pintura y muchas veces maltratadas por el frío; con tu rostro confundido pero calmado, ese que tras noches de dormir en la camilla de un hospital jamás dejaba de verse tan dulce como siempre lo vi. O dime que vaya, que quieres que te sostenga de la cintura y bailemos una o dos canciones, que te tome por las piernas y te haga ver que dos cuerpos pueden compartir espacio con las pinturas sin terminar de la mesa, que nos salpiquen de colores, de sensaciones, de más.


Préstame tus piernas para recostarme mientras siento tus latidos, mientras escucho tu respiración, mientras disfruto tu aroma.

Dime qué vienes, no para poder sentirme mejor, simplemente para sentir, sentir como hace tiempo no siento, para dormir como hace lunas no duermo, para despertar como hace mañanas no amanezco. Simplemente, ven.