Redes

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Aroma de café


Sería esa tu piel morena y desnuda ante el canto de mis versos, quizás tus ojos marrones que acompañan el brillante contraste de tu abundante cabellera, podría ser que fuesen tus rasgos de musa afirmando cada una de las tonalidades que acompaño con esta mi guitarra, la cual se queda anonadada ante las agudas y tensas cuerdas de tu caja de vos y de manera insoslayable actúa de forma perpleja al verte tener mas curvas que una peligrosa autopista...


...Eras ese sabor de gitana que cualquier mujer deseaba tener y cualquier hombre deseaba sentir, transpirabas pasión por cada poro de tu cuerpo, palpabas con tus delicadas y humildes manos mi rostro y yo me sentía seguro de que eras para mi, quería ser infiel por ti, me mataban las ganas de hacerte amante y hacer de nuestra estadía en tu cama un acto clandestino...


...Poco a poco te fuiste haciendo para mi como el aroma de café, irresistible tentación, la manera de evitarte no existía y la única forma de superarte era cayendo en ti; fui más débil cada ves, cada día, cada noche, el punto de éxtasis al cual lograba llegar era adictivo, me hice tuyo hasta el punto de que ya ni mi cuerpo era mio, me fui desprendiendo de todo menos de ti y ese día, ese día lo recordaré como cohetes en el cielo de mi alma, ese día en el cual morí, morí en mi para entregarme a ti y estar conectado a una dependencia llamada amor que te hace vivir, un amor gitano, un amor del bueno, un amor con AROMA DE CAFÉ.

No hay comentarios:

Publicar un comentario